En las últimas semanas, una serie de indicadores clave han permitido evaluar el estado de la economía estadounidense y anticipar posibles movimientos de la Reserva Federal (Fed). Los datos, que abarcan crecimiento económico, empleo, actividad manufacturera y servicios, presentan un panorama mixto y desafiante para las decisiones de política monetaria.
Empleo mixto y mercado laboral
Los datos del mercado laboral pintan un panorama con luces y sombras:
Las ofertas de empleo reflejadas en la encuesta JOLTS mostraron un aumento reciente, aunque mantienen una tendencia decreciente desde 2022, acercándose a niveles pre-pandemia.
Las Nóminas No Agrícolas (NFP) superaron las expectativas (227k frente a 202k), compensando la lectura débil del cambio de empleo ADP (146k). Esto sugiere resiliencia en la creación de empleos.
Sin embargo, persisten señales de debilidad estructural:
El desempleo subió al 4.2%, continuando una tendencia moderada al alza.
La tasa de participación laboral cayó por tercer mes consecutivo, lo que sugiere una base laboral menos robusta.
A pesar de estas debilidades, el aumento del desempleo puede aliviar las presiones inflacionarias relacionadas con salarios, algo que podría facilitar la tarea de la Fed.
Ingresos reales y consumo
El crecimiento anualizado de los ingresos medios por hora (+4%) combinado con una posible estabilización de la inflación podría fortalecer el ingreso real y, con ello, el consumo. Sin embargo, este impulso podría generar nuevas presiones inflacionarias si la oferta no logra adaptarse a la demanda.
El PMI manufacturero (49.7) mostró una mejora respecto a lecturas anteriores (48.5), manteniendo una tendencia positiva desde octubre. Aunque aún se encuentra por debajo del umbral de 50, que indica contracción, el sector parece encaminarse hacia la expansión. Sin embargo, los desafíos estructurales persisten, como lo refleja la caída en el empleo manufacturero frente al año pasado.
Por otro lado, el PMI de servicios (56.1), aunque indica expansión, se situó por debajo de las expectativas (57.0), sugiriendo un crecimiento más moderado.
El dilema de la Fed
La Fed enfrenta un delicado equilibrio:
Reducir tasas: Podría estimular el consumo, pero con el riesgo de reavivar la inflación si la oferta no responde adecuadamente.
Mantener tasas altas: Ayudaría a contener la inflación, pero podría agravar la desaceleración económica y el desempleo.
El desafío es lograr un soft landing, controlando la inflación sin desencadenar una recesión prolongada. Como señaló Jerome Powell esta semana: "La Fed tiene ahora más espacio para actuar con cautela", lo que refleja la complejidad de las decisiones por venir.
Conclusión
La economía estadounidense combina señales de resiliencia, como el crecimiento en ingresos y empleo, con debilidades en la participación laboral y el sector manufacturero. Un mal ajuste en las tasas de interés podría desencadenar una nueva ola inflacionaria o un mayor deterioro del mercado laboral.
El equilibrio entre inflación, empleo y crecimiento será clave en los próximos movimientos de la Fed. Los datos venideros, especialmente de inflación, tendrán un peso crucial para definir el rumbo de la política monetaria.
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